Las palabras que nos repetimos una y otra vez definen nuestros logros.
Esto la sabe bien la atleta estadounidense Courtney Frerichs,
subcampeona del mundo de 3000 metros obstáculos y medalla de plata en los
pasados Juegos Olímpicos de Tokyo, que afirma que gracias a los diálogos
interiores que mantiene en cada carrera y entrenamiento ha llegado a la cumbre
del atletismo mundial.
No son palabras ni frases cargadas de mística. Son expresiones,
pronunciadas miles de veces tanto al exterior como en su continuo diálogo
interior, que han ido alimentado su confianza durante años. Todos necesitamos, en momentos
inciertos, que nos digan cosas que nos den seguridad en nosotros mismos y
eleven nuestra confianza. Así conseguimos reducir la tensión y nuestra
actividad cerebral, pudiendo focalizar más la atención algo que también es muy
útil a la hora de hacer frente a una prueba atlética.
Freirichs cuenta que comenzó a entender el poder de las
palabras corriendo en la Universidad de Nuevo México a las órdenes de Joe
Franklin. El entrenador se esforzaba en resaltar continuamente el mensaje de
que “en un campeonato, es más importante el viaje que el destino”. De este modo
conseguía que sus pupilos tuviesen siempre el foco en el presente, en el paso
que están dando a cada instante.
Con el salto al atletismo profesional Friedrichs no dejó de
lado las enseñanzas de su entrenador universitario. Gracias a otra de sus
máximas favoritas “No esperes nada. Logra todo”, alcanzó para clasificarse para
la final en sus primeros Juegos en Río 2016. Un año después, incorporando un
nuevo lema a su repertorio: “no tengas miedo en la búsqueda de lo que prende
fuego a tu alma” llegó a alcanzar el subcampeonato mundial.
Desde ese momento una palabra adorna su muñeca “Fearless”
que, unido al consejo de su entrenador, Jerry Schumacher “let yourself run”,
afirma la atleta, le empujan en cada vuelta a darlo todo sobre la pista.
Los diálogos interiores no siempre han sido su combustible. Friedrichs,
tras su gran rendimiento en el mundial, ambicionaba llegar a los más alto y que
lo mejor era dejar a un lado a su psicólogo deportivo. Probar caminos nuevos
para llegar donde aún no había alcanzado. No alcanzó los resultados esperados
y, sin embargo, rebasó sobradamente la línea de la frustración, la rabia y la
impotencia. Las lesiones, el escaso rendimiento y la pandemia pusieron su
carrera deportiva contra las cuerdas.
Las palabras regeneran.
Lo sabe bien la atleta estadounidense que, tras más de un
año de kilómetros sin rumbo, encontró en la palabra “belong” el cambio
de guión que necesitaba. Se encontraba de nuevo en su elemento, correr y
disfrutar de cada zancada como si fuese la última, sin pensar en la siguiente.
Algo que, para que no se le olvide, tatuó en su otra muñeca para darle una
dosis de energía extra con la que combatir cada una de sus dudas. Porque su
sitio, su elemento, su lugar es corriendo, sin mirar atrás, en cabeza.
Texto baso en el artículo "Can a mantra make you run faster? This Olympic medalist has not doubt"" de Mattheuw Futterman publicado en NY Times el 26/09/2021
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